Discovery - LP (2009)

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Discovery es el proyecto alternativo de Rostam Batmanglij, el guitarrista, pianista y, cómo no, productor de la archifamosa banda Vampire Weekend, junto con el cantante de Ra Ra Riots, Wes Miles.

Paseando por las webs me he encontrado que los llaman electro-funk, electro-soul y movidas varias. Lo que si que queda clarísimo es la influencia inmediata del r&b y hip hop que tanto tragamos en MTV de Jay Z, Akon, Beyoncé (atentos al autotune, ese efecto de la voz rollo T-Pain) y toda la peñufla del palo, todo rebozado con una voz "indie" (me recuerda bastante a Vampire Weekend) y melodías electrónicas de sintetizador.

Pero no unas melodías cualquiera, sino que parecen sacadas de lo más barroco que estudió Rostam en la Universidad de Columbia (¡barroco tú!). Eso sí, con sintetizadores y arpegiadores que nada tienen que ver con el viejo y elegante piano clásico.

Como es de suponer, los bajos (instrumento) tienen un papel muy importante y suenan muy "punchy" a lo largo de todo el disco. ¿QUÉ ES PUNCHY? Punchy/Puñetazante: Dícese de aquel sonido grave que empieza con una subida de volumen repentina, cuyo efecto es claramente reconocible, ya que es similar a un golpe in da face. (RAE, 2035)

En mi opinión no es un disco que vaya a cambiar la concepción actual de la música, pero es cuanto menos curioso, divertido y muy digno de ser escuchado.

Aquí tenéis otra canción a la que le tengo verdadero amor, aunque no sea una canción muy especial, aunque las melodías que suben y bajan como montañas rusas sean parecidas a las de Mariah Carey. En este caso participa con ellos una chica bastante interesante: Angel Deradoorian, participante también del grupo que fue una grata revelación en el FIB 2010, Dirty Projectors.

Dos reflexiones he tenido mientras hacía apuntes sobre este disco:

1. De alguna forma un estilo se limita por lo que tiene o no respecto a otro. Así que aunque le pongan un nombre chulo esto seguirá siendo lo más indie del r&b y lo más r&b del indie.
2. No hay nada más bello que las luces de un túnel reflejándose una tras otra en la calva del pasajero sentado delante mío en el autobús de Barcelona a Valencia.